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Rick Riordan

La sangre del Olimpo

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Los tripulantes del Argo II han salido victoriosos de sus misiones, pero están lejos de derrotar a Gaia, la madre Tierra. Ella ha conseguido alzar a todos sus gigantes y planea sacrificar a dos semidioses en la festividad de Spes: necesita su sangre, la sangre del Olimpo, para despertar. Por otro lado, la legión romana del Campamento Júpiter, liderada por Octavio, está cada día más cerca del Campamento Mestizo. La Atenea Partenos deberá dirigirse al oeste para impedir la guerra entre los campamentos, mientras el Argos II navega hacia Atenas… ¿Cómo podrán los jóvenes semidioses derrotar a los gigantes de Gaia? Ya han sacrificado demasiado, pero si Gaia despierta… será el final.
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459 printed pages
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Impressions

  • Gabo Hernandezshared an impression3 years ago

    No es mi favorito de la saga pero esta muy bien para cerrar

  • Jafet Casanovashared an impression9 months ago
    👍Worth reading

  • b5829340223shared an impression3 years ago
    👍Worth reading
    🔮Hidden Depths
    💡Learnt A Lot
    🎯Worthwhile
    💞Loved Up
    🚀Unputdownable
    💧Soppy

Quotes

  • Wolfganghas quotedyesterday
    —Llegas tarde —anunció.

    Los ojos le brillaban.

    —Lo siento, nena —dijo Leo—. Había un tráfico terrible.

    —Estás manchado de hollín —observó ella—. Y has conseguido destrozar la ropa que te hice, y eso que era imposible de destrozar.

    —Bueno, ya sabes —Leo se encogió de hombros. Alguien había soltado cien bolas de pinball en su pecho—. Me gusta hacer lo imposible.

    Sigue sin gustarme

  • Wolfganghas quotedyesterday
    El entrenador Hedge deambulaba entre los semidioses, sonriendo y sosteniendo en brazos a su bebé mientras decía: «¿Quieres conocer a Chuck? ¡Este es mi niño, Chuck!».

    Las hijas de Afrodita y las de Atenea arrullaban al pequeño y enérgico bebé del sátiro, que agitaba sus puños regordetes, daba patadas con sus diminutas pezuñas y balaba:

    —¡Beee! ¡Beee!

    Clarisse, que había sido nombrada madrina del bebé, seguía al entrenador como si fuera un guardaespaldas y murmuraba de vez en cuando:

    —Vale, vale. Deje un poco de espacio al niño.

    Awww

  • Wolfganghas quotedyesterday
    Lou Ellen había accedido a regañadientes a volver a convertir a sus nuevos cerditos en romanos.

    Una lástima 💔

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