¿Cómo tomamos cada una de nuestras decisiones? ¿Qué es la conciencia? ¿Y las emociones? ¿De dónde viene la inteligencia? El cerebro humano es la estructura más compleja del universo, tanto, que se propone el desafío de entenderse a sí mismo. Todo lo que hacemos depende de esta máquina casi perfecta, que contiene más neuronas que las estrellas que existen en nuestra galaxia. Hasta hace solo algunas décadas estas incógnitas eran abordadas únicamente por filósofos, artistas, líderes religiosos y científicos que trabajaban de manera aislada. Sin embargo, en los últimos años las neurociencias emergieron como una nueva herramienta para intentar entender estos y otros enigmas. Por tratarse de una disciplina tan importante, ligada a preguntas e interrogantes vitales, es fundamental que su trabajo y sus logros no queden atrapados en laboratorios, sino que sean conocidos y puestos en común por todos y cada uno de nosotros. No solo el estudio neurocientífico resulta tan apasionante como innovador, sino que, más allá de sus alcances, ha logrado progresos y descubrimientos que permitieron enriquecer la calidad de vida de millones de personas. En pocas palabras: conocer nuestra mente para vivir mejor.