Podríamos decir que mi mujer tiene dos apellidos de soltera —dijo Colin, muy serio—. Como es lógico, todos la conocéis como Penelope Featherington, como la conocía yo. Pero lo que no sabíais, y lo que ni siquiera yo tuve la inteligencia para descubrir hasta que ella me lo dijo… —esperó hasta que se hizo el silencio en el salón— es que es también la brillante, la ingeniosa, la extraordinaria, la pasmosamente magnífica…, ah, todos sabéis a quién me refiero —movió el brazo como para abarcar a toda la muchedumbre—. ¡Os revelo a mi mujer! —dijo, su amor y orgullo reso