Sospecha, descrédito, negación, rechazo: a todo eso y mucho más se ven enfrentadas las víctimas de abuso sexual. La justicia, la policía, incluso una parte de la familia duda de lo ocurrido, de que esa vergüenza y dolor sean reales y no producto de la fabulación de una mujer delirante, como lo muestra Por qué volvías cada verano. El debut de Belén López Peiró es una obra incómoda y desgarradora, que entrelaza los testimonios de familiares, abogados y psicólogos con los archivos judiciales de la causa que se abrió después de que la propia autora denunciara los abusos sufridos por un tío, miembro de las fuerzas de seguridad.
La destreza con que se teje la compleja trama de versiones, la capacidad para transmitir los énfasis (y la opacidad del lenguaje) y la sosegada frialdad con que se desmonta un sistema que parece trabajar a favor del abusador, convierten a este libro en una muestra de coraje y de talento literario.