«Su abrazo me había devuelto la paz en un segundo, y yo me odié por regalarle esa capacidad. Giré despacio y dejé que me besara. El terror de no tenerla era superior a cualquier otra cosa que pudiese existir en mí. Me acarició la cara hasta que no quedaron rastros de las lágrimas. Yo me aferraba a su cuerpo como si de ello dependiera mi vida».
«La identidad se revela y se construye. A veces, también, se defiende. En Cuando quieras podés destruirme, acompañamos a la protagonista en su proceso de autodescubrimiento y validación. Su vida da un giro radical cuando en la adolescencia conoce a M, una compañera de taller literario apenas un año mayor que ella y que, inmediatamente, la deslumbra. Lo que en un principio parecía ser admiración se volverá deseo irrefrenable: está enamorada de M y no hay marcha atrás. Reconocer ese amor inesperado, asumir que es una mujer que ama a otra mujer y enfrentar el qué dirán serán sus desafíos. ¿Podrá ponerse a sí misma en primer lugar cuando siempre puso primero a los otros? ¿Estará M a la altura de ese amor y de esa entrega? ¿Qué tipo de vínculos pueden construirse al amparo de lo secreto? ¿Es así cómo queremos vincularnos? Esos son algunos de los interrogantes que Julieta Sverdlick despliega a veces con humor, otras con ironía y tantas más con profunda ternura en esta novela que oscila entre un presente incierto y las pistas de un pasado que la protagonista intenta recuperar para comprender su realidad» (Luz Santomauro).