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Guillermo Arriaga

Salvar el fuego

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  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    Una parte de mí ya no desea mujer, otra la desea.

    Una parte de mí se fue, otra parte llega.

    Una parte de mí dejó de estar conmigo, otra permanece.

    Una parte de mí está prisionera, otra será libre.

    Una parte de mí está podrida, otra está limpia.

    Una parte de mí nunca volverá a ser mía, otra parte empezará a serlo.
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    No madame. Los celos provocan un sufrimiento tan canijo que solo los alivian la devastación, la furia, la muerte. Los celos son bíblicos, gestacionales. Han causado guerras, la ruina de imperios, la desolación de reinos. Dan pie a batallas épicas, a epopeyas, a magnicidios. Marco Antonio y Cleopatra, Helena y Menelao, Zeus y Hera, Medea y Jasón.

    Los celos desde el comienzo de los tiempos.
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    Una parte de mí

    Una parte de mí quiere quedarse, otra quiere irse.

    Una parte de mí se perdió, otra la hallé.

    Una parte de mí está en guerra, otra está en paz.

    Una parte de mí murió, otra está por vivir.

    Una parte de mí cree en el odio, otra cree en el amor.

    Una parte de mí no cree en nada, otra cree en Dios.

    Una parte de mí quiere golpear, otra quiere acariciar.

    Una parte de mí cree en el cielo, otra cree en la tierra.

    Una parte de mí quiere venganza, otra quiere perdonar.

    Una parte de mí busca, otra encuentra.
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    Un dicho reza: «Sufre más el que pone el cuerno que al que se lo ponen».
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    Ya sabes, para un morboso no hay nada peor que una historia inconclusa.
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    ¿Por qué el que un pene entre en una vagina ocasiona tanto revuelo, tanto escándalo, tanto dolor, tanta soledad, tanta envidia, tanta alegría, tanto tsunami, tanta censura, tanta intensidad
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    Marina, si estás dispuesta a perder tu libertad o tu vida, si quieres entrar al fuego, ven. Aquí te espero, aquí abriré un espacio para ti, un espacio para nosotros, un espacio para lo posible, un espacio para lo imposible, un espacio para los espacios. Te mostraré el filo que te rebanará para que emerjas en tu forma más cruda
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    Marina, si estás dispuesta a perder tu libertad o tu vida, si quieres entrar al fuego, ven. Aquí te espero, aquí abriré un espacio para ti, un espacio para nosotros, un espacio para lo posible, un espacio para lo imposible, un espacio para los espacios. Te mostraré el filo que te rebanará para que emerjas en tu forma más cruda y verdadera. Yo me rebanaré para entregarte mi forma más cruda y verdadera y te daré todo lo que tengo y besaré tus manos y agradeceré tu amor y por las noches pensaré en ti y sonreiré porque sé que regresarás y me verás sonreír al verte y te abrazaré y brindaré lo mejor de mí. Y si me lo pides, reventaré a puñetazos los muros y saldré de esta pestífera cárcel a estar contigo. Ven aquí. Hoy. Aquí.»
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    ¿Serías tan amable de hacer un esfuerzo y en un ejercicio sináptico de empatía sinérgica ponerte en mis zapatos y reflexionar sobre lo que estás haciendo conmigo? Y mira señora de Las Lomas o de San Ángel o del Pedregal o de Santa Fe o de donde chingados seas, ten un poco de conmiseración y no vuelvas a plantarte aquí. Si te vas ahora me va a doler y al irte se me van a cariar estas ganas locas de tenerte a mi lado, se evaporará la posibilidad de estar juntos y se extraviará esa desnudez tuya que tanto anhelo, pero prefiero que se escurran en una breve hemorragia de desilusión a resecarme tiempo después cuando mi existencia entera esté vinculada a ti y de pronto ya no aparezcas.
  • Marcela Oseguerahas quoted3 months ago
    En una morra un bato halla la calma, el arrebato, la pasión, el sosiego, la aventura, la estabilidad, la locura, la cordura, la vida y a veces halla el amor y con el amor el sentido y con el sentido el propósito y con el propósito el bato se topa de nuevo con la mujer y va de nuez el merrigoround y ellas no tienen ni la foking idea de cuánto pesan en la vida de ellos, ni cuán cabrón es el deseo de sumergirse en el mundo cálido y suave y dulce que es el cuerpo y el corazón de una morra. Por eso las rolitas de amor hablan de nadar, de bucear, de zambullirse, de empaparse. Las morras como peceras, como albercas, como mares, como ríos, como océanos y hasta como charcos.
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