La poesía de Coral Bracho constituye una subversión continua de los significados habituales. Por medio del roce inesperado de los vocablos, de la fruición deleitada en el trato con el lenguaje, de la construcción incesante e hipnótica de una eufonía insólita, esta poesía –acaso la más original y renovadora que se ha escrito en México en los últimos veinticinco años– nos acerca a mundos creados en el seno de instantes reveladores. Epifanías de la extrañeza y el vértigo, estos poemas recorren caminos fascinantes.