La mentira es esencial para la Humanidad. Tal vez desempeñe en ella un papel tan importante como la búsqueda del placer y, por lo demás, va dirigida por dicha búsqueda. Se miente para proteger el placer propio o el honor, si la divulgación del placer es contraria a este último. Mentimos toda la vida incluso —o sobre todo o tal vez sólo— a quienes nos aman.