El aristócrata Max de Ravenscar consideraba a todas las mujeres con indiferencia, prefiriendo los caballos, las peleas de gallos o las carreras.Cuando supo que su primo Adrian, lord Mablethorpe, tenía intención de casarse con Deborah Grantham, una animadora en la casa de juego de su tía, Max se imaginó que le resultaría fácil sobornar a la hermosa embrujadora para que desistiera.Pero Deborah, además de hermosa, era una mujer de carácter, y Max recibió su merecido.