Unos veinte años antes, Le Corbusier había esbozado unas características parecidas en un pequeño dibujo que emplea para explicar los apartamentos de la Ville Radieuse, donde la pared acristalada de la habitación, le cinquième mur (el quinto muro, como él lo denominaba), está formada por un conjunto de elementos: un alféizar bajo, construido con pavés, varios marcos de ventanas y algunas pantallas deslizantes para poder oscurecer la habitación. Sin embargo, lo que más llama la atención son las dos librerías superpuestas a los vidrios, que amueblan esta ventana con más intención aún que la propuesta de Ponti. De hecho, Le Corbusier propone literalmente habitar la ventana al ensanchar el alféizar en un extremo hasta formar una plataforma en la que se coloca una mesa y una silla junto a los libros, dando lugar a una especie de versión moderna del san Jerónimo de Antonello da Messina.