En una de sus cartas, hace ya unas semanas, Raquel citaba a Pessoa: La patria, ese lugar en que no estoy. Y cuando leí esa frase, que yo desconocía, aunque tengo bien leído mi Pessoa, la sentí como mía. Sí, desde Madrid la patria era el Uruguay en que no estaba. Pero ahora, aquí, ¿la patria es el lugar en que estoy? No lo sé, y me amarga bastante no saberlo. A veces creo que la he recuperado, pero otras veces me siento también aquí un exiliado. Y otras más, pienso que mi patria es Camila, que Camila es el lugar en que no estoy. Sé que la veré, porque no bien podamos, vendrá a verme, a estar un tiempo conmigo, pero luego volverá a Raquel, a Madrid. Y yo pasaré largos períodos sin mi hija, y cada vez comprobaré cuánto y cómo cambió desde su última visita, pero me habré perdido la transformación cotidiana.