Pájaros que caen del cielo como frutas maduras, alarmas que tajean la noche, plantas que crecen invadiendo el hogar y una idea del dolor, de la desolación, del encierro primero y la fantasía de la muerte después que emergen como posible escape y que comienzan a dosificarse por el poemario con la elegancia propia a la que nos tiene acostumbrados Brecciaroli en su escritura.