Él es un joven solitario. Vive en San Petersburgo desde hace ocho años pero no ha establecido ninguna relación. Le encanta pasear por las calles de la ciudad y su momento preferido es el crepúsculo, cuando los últimos rayos de sol activan a la diosa de la Fantasía. Entonces su imaginación le salva de una existencia vacía y todo él se transporta a otros lugares. Pero hoy, la realidad supera cualquier ensueño… A la orilla del río, una muchacha llora. Por primera vez se siente enamorado y entabla conversación con la desconocida. Se llama Nastenka, y guarda un secreto. Volverán a encontrarse en el mismo lugar la noche siguiente.
«—Soy un romántico, un soñador. Mi vida es tan poco real y momentos como este son tan excepcionales, que los revivo en mis sueños. Os veré toda la noche, toda la mañana, todo el año…
—Quizá también yo esté aquí mañana, a las diez. Tengo que estar aquí, no creáis que os concedo una cita. He de estar aquí por asuntos míos. Pero… francamente… no me molestará que vengáis. En una palabra: me gustará veros… Pero con una condición: que no os enamoréis de mí.»
Dos almas y la magia de la noche entre confesiones, expectativas, esperanzas y desilusiones. La novela más romántica de Fiódor Dostoievski, suspendida entre el sueño y la realidad.