La pobreza ha sido una de las preocupaciones centrales de la política social. La estrategia para su combate ha focalizado sus miras hacia la interrupción de la transmisión internacional de la misma, mediante programas de transferencias condicionadas, destinadas a la formación de capital humano. Esta forma de proceder ha dejado huecos tanto para las personas adultas, que ya son pobres, como aquellos que padecen esta condición en condiciones no extremas. Este libro sustenta la tesis de que las microfinanzas pueden cubrir acertadamente estas ausencias, si se sabe desarrollar las capacidades empresariales que exhiben una gran cantidad de pobres, pero que no pueden explorar por la falta de capital humano y de un mínimo de capital financiero.
Para demostrarlo, el autor evalúa tres programas, dos de procedencia y operación federal; y otro de raigambre meramente municipal. En los tres encuentra que el microfinanciamiento tiene un impacto notable en la reducción de la pobreza, la evaluación del ingreso y del empleo; pero también que es una vía más barata para lograr el mismo objetivo que buscan otros programas destinados a este propósito. Una aportación adicional del texto es que el manejo municipal del microfinanciamiento, a pesar de la escala más pequeña, exhibe un potencial mayor para impactar en posbeneficiarios, si los programas correspondientes son operados por los gobiernos locales, en vez de usar como intermediarios a agentes privados. Ello es posible porque permite abatir las muy conocidas altas tasas de interés que, suelen acompañar a este tipo de programas sociales, sin incurrir en prácticas que con el tiempo desemboquen en descalabros financieros o en subsidios excesivos. Finalmente enfatizamos que el libro tiene la ventaja de ensayar la evaluación de programas sociales mediante ejercicios matemáticos y estadísticos novedosos, que representan un atractivo adicional para esta práctica incipiente en México.