No me ruegues que te deje, y que me aparte de ti. Sus palabras me apuñalaban a cada paso. Donde quiera que tú fueres, iré yo; y donde quiera que vivieres, viviré.
No permitiré que te haga daño de nuevo, Lou. Te protegeré. Todo irá bien.
Te quiero, Lou.
No eres mi esposa.