por haberle servido y haberlo amado, y embotada por las pasiones y los placeres hasta el punto de parecerle que nada hay verdadero sino lo material, lo que se palpa y se ve, lo que se bebe y lo que se come, o lo que es objeto de los placeres carnales; y en cambio, habituada a odiar, temer y huir lo obscuro e invisible a los ojos, aunque asequible y comprensible mediante la filosofía, ¿crees que así el alma se separa del cuerpo pura y simple?