Muchos textos sobre complejidad empiezan reconociendo que no hay una definición rigurosa de lo que constituye su objeto de estudio, aunque, como mencioné, hay convergencias. Ahora que hemos recorrido varios ejemplos, las puedo enumerar:
Los sistemas complejos están compuestos de muchos objetos, o agentes, que interactúan a muchas escalas.
Manifiestan comportamientos emergentes (el todo es más que la suma de las partes).
Se autoorganizan (no requieren autoridad centralizada ni «mano invisible» para generar orden; ¡temblad, autoridades!).
Operan al borde del caos (son flexibles y capaces de adaptarse).
Están abiertos a su entorno (intercambian con este materia, energía e información y extraen orden de la turbulencia ambiente).
Los aspectos dinámicos de su comportamiento son universales (los mismos patrones generales se observan igualmente en sistemas biológicos que físicos y sociales).