Fernando Hernández (2014), comenta que, en la presentación de la LOMCE por parte del ministro José Ignacio Wert en el año 2012, este dividió lo que se debe aprender en la educación secundaria en dos grupos o materias, las instrumentales (inglés, matemáticas, ciencias y lenguas) y «las que distraen» (artes, humanidades y ciencias sociales). Una división que viene de lejos y que también se da en otras reformas educativas. Las diversas pruebas estandarizadas, sean internacionales o locales, con PISA a la cabeza, no han hecho más que reforzar esta diferencia. No hay que olvidar que la evaluación de PISA depende de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y que, por tanto, en las pruebas se refuerzan las materias instrumentales: las que se consideran útiles para el desarrollo económico y el mercado de trabajo; las otras consideraciones educativas, como las restantes materias, ocupan un segundo plano.