Mario es un joven rebelde y roquero que narra su vida a golpe de estribillo de su grupo favorito. Ángel, un jubilado bonachón curtido en el exilio, cuida cada mañana de su nieto. Martina fue aspirante a tenista y ahora, madre soltera, arrastra las traumáticas secuelas de esa experiencia. Y Lola, lectora empedernida, vive con un corazón trasplantado mientras calcula el tiempo en páginas de libros.
Los cuatro se reconocen cada mañana en el Metro de Madrid, telón de fondo y protagonista silencioso de una novela a cuatro voces. Cada una, a su modo, desvelará que bajo una apariencia cotidiana siempre hay una buena historia que contar.