¿Cuál es el sentido biológico del arte?¿Por qué el ser humano invierte tanto tiempo en crear obras bellas y placenteras para nuestro espíritu? Las primeras muestras conocidas de pintura figurativa se remontan a unos 30.000 años atrás y, antes de la pintura, nuestros antepasados ya realizaban esculturas con forma humana. De modo que desde hace miles de años, los humanos expresan en un soporte material, como una roca o un lienzo, unas imágenes que reproducen su percepción de la realidad, una versión propia y personal del mundo que los rodea. Este mundo se construye a través de un lenguaje cuya gramática se basa en una rica y compleja combinación de patrones y formas, de colores y luz, y cuyo resultado nos revela la psicología del artista.
Emprender el camino inverso e investigar las pautas del cerebro artístico, las características neuronales del artista, aquello que permite a su cerebro reproducir una realidad subjetiva del mundo que nos rodea, es trabajo de la neurociencia.
Este libro es una introducción accesible a lo que la neurociencia ha descubierto sobre diversos aspectos de la neurobiología de la actividad artística humana. Estos datos defienden que el arte, como reflejo del funcionamiento de la mente del ser humano, desvela aspectos fundamentales de la neurobiología y que la apreciación artística surge de la actividad cerebral. Nos gusta el arte porque es un producto de nuestro cerebro y esta consideración nos ayuda a reflexionar acerca de las construcciones culturales que derivan en lo que consideramos obras de arte, con todas las implicaciones sociales que esto conlleva.