Javier Elizalde Blasco crea una versión moderna del género medieval del cantar épico para rendir tributo al mayor héroe de los últimos tiempos: Miguel Induráin.
En unos versos llenos de admiración y pasión, el autor canta las aventuras y proezas de Miguel, desde su etapa amateur hasta sus grandes victorias en el Tour de Francia y el Giro de Italia; y recuerda las dificultades y los momentos de incontenible emoción en el Tour de Francia y en la Vuelta a España en 1996. Y por encima de todos esos episodios está Miguel, como ejemplo de lo que un gran héroe y un gran campeón debe siempre ser: humano.