Silvia Federici

Revolución en punto cero

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  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    Afirmar que las mujeres deben tomar las riendas en la colectivización del trabajo reproductivo y de la estructuración de las viviendas no significa naturalizar el trabajo doméstico como una vocación femenina. Es mostrar el rechazo a la obliteración de las experiencias colectivas, del conocimiento y de las luchas que las mujeres han acumulado en relación al trabajo reproductivo, y cuya historia es parte esencial de nuestra resistencia al capitalismo. Hoy en día, tanto para las mujeres como para los hombres, es crucial dar un paso y reconectar nuestra realidad con esta parte de la historia, para desmantelar la arquitectura generizada de nuestras vidas y para reconstruir nuestros hogares y nuestras vidas como comunes.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    También podemos observar que la producción de subsistencia contribuye a la creación de un modelo de vida no competitivo basado en la solidaridad, básico para la creación de un nuevo modelo de sociedad.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    La ciencia y la tecnología no pueden resolver este problema. Lo que se necesita es una transformación de la división social y sexual del trabajo y, por encima de todo ello, el reconocimiento del trabajo reproductivo como trabajo, lo que les permitiría reclamar un salario por estas tareas y que los familiares que trabajan como cuidadores no se vean penalizados social ni económicamente por su trabajo[39]. El reconocimiento y la valorización del trabajo reproductivo también es indispensable para la superación de las divisiones existentes dentro del trabajo de cuidados, que enfrentan por un lado a los familiares que intentan minimizar sus gastos y, por el otro, a las trabajadoras de cuidados empleadas que se enfrentan a la desmoralización por trabajar en el límite de la pobreza y de la devaluación.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    Folbre también hace un llamamiento a la redistribución de los recursos para reconducir el dinero público destinado al complejo militar-industrial y a otras empresas destructivas hacia el cuidado de las personas mayores. Reconoce que esto puede parecer «ingenuo» y el equivalente a un llamamiento a la revolución. Pero insiste en que debería situarse en «nuestra agenda», ya que lo que está en juego es el futuro de todos los trabajadores, sin olvidar que una sociedad ciega al tremendo sufrimiento que le espera a muchas personas al llegar a la vejez, como es el caso de Estados Unidos hoy en día, es una sociedad abocada a la autodestrucción.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    No es innovación tecnológica lo que se necesita para afrontar la cuestión del cuidado de los mayores, sino un cambio en las relaciones sociales, por el que la valorización económica deje de ser el motor de la actividad social, y que impulse la reproducción social como un proceso colectivo.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    En resumen, más que ser una forma autónoma, autoorganizada, espontánea, productora de las formas elementales del comunismo, para los trabajadores del TA se trata de una experiencia mecánica, alienante, realizada bajo un mandato directo en el que son espiados y realmente medidos y cuantificados respecto a su capacidad para producir valor tanto como en cualquier otra forma de trabajo físico[56]. También se trata de una forma de trabajo que genera un sentimiento más intenso de responsabilidad e incluso ocasionalmente de orgullo en los trabajadores, minando de esta manera cualquier potencial rebelión contra la injusticia sufrida.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    Esta es la razón por la que, más que ser tecnificados, el trabajo doméstico y el trabajo de cuidados han sido redistribuidos y cargados sobre las espaldas de diferentes sujetos mediante su comercialización y globalización. Al incrementarse la participación de las mujeres en el trabajo asalariado, especialmente en el Norte, grandes cuotas de trabajo doméstico se han visto externalizadas del hogar y reorganizadas mercantilmente mediante el aumento de la industria de servicios, que a día de hoy constituye el sector económico dominante desde el punto de vista del empleo asalariado. Esto quiere decir que se consumen más comidas fuera del hogar, que se lava más ropa en las lavanderías o en tintorerías, y que se compra más comida precocinada lista para su consumo.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    Esta es la razón por la que la migración ha adquirido un carácter tan autónomo que dificulta su utilización como mecanismo regulador de la reestructuración del mercado laboral. Pero no hay duda alguna de que si millones de personas abandonan su país hacia un destino incierto, a cientos de kilómetros de sus hogares, es porque no pueden reproducirse por sí mismas, al menos no bajo las condiciones necesarias.
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    Contrariamente a la extendida y errónea concepción existente, la crisis no se limitó al sector de las mujeres blancas de clase media. De hecho, el primer movimiento de liberación de las mujeres en Estados Unidos estaba formado básicamente por mujeres negras. Fue el movimiento de las welfare mothers que, inspiradas en el Movimiento de Derechos Civiles, quien lideró la primera campaña del país en demanda de «salarios domésticos» estatales (bajo el nombre de Aid to Dependant Children), señalando el valor económico del trabajo reproductivo de las mujeres y declarando el welfare [subsidio social] como un derecho de las mujeres[9].
  • Ana Saenzhas quoted6 months ago
    Esta es la razón por la que la globalización en cualquiera de sus formas capitalistas —ajuste estructural, liberalización del comercio, guerras de baja intensidad— es en esencia una guerra contra las mujeres; una guerra especialmente devastadora para las mujeres del «Tercer Mundo», pero que socava la forma de vida y la autonomía de todas las mujeres proletarias del mundo, incluyendo las que viven en los «avanzados» países capitalistas. De esto se desprende que la condición económica y social de las mujeres no se puede mejorar sin luchar contra la globalización capitalista y sin una deslegitimación de las agencias y de los programas que sustentan la expansión global del capital, comenzando por el FMI, el Banco Mundial y la OMC. Por ello, cualquier intento de «empoderar» a las mujeres «generizando» estas agencias no solo será improductivo, sino que producirá por fuerza un efecto mistificador, que posibilitará a estas agencias la cooptación de las luchas que llevan a cabo las mujeres contra la agenda neoliberal y por la construcción de una alternativa no capitalista[5].
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