Pero el caminar del que yo hablo no tiene nada que ver con hacer ejercicio, como suele decirse, del mismo modo que el enfermo se toma el remedio a las horas prescritas o se levantan unas pesas o se balancea un columpio, sino que es, en sí mismo, la empresa y la aventura del día. Si quieren hacer ejercicio, vayan a buscar las fuentes de la vida. ¡Piensen en aquel que levanta pesas por su salud mientras esos manantiales, a los que no se le ocurre acercarse, bullen en praderas lejanas!