Una chica perteneciente a una familia aristocrática venida a menos porque su padre no ha sabido o no ha querido adaptarse a los nuevos tiempos tiene que casarse con uno de esos que llaman “nuevos ricos”. Ella, que no piensa en el matrimonio, intenta buscar una salida pero todo parece estar en su contra, así que Maddy termina casada con un banquero. Para su sorpresa él aceptará sus propuestas a cambio de que ella solo cumpla un objetivo: ser la esposa trofeo de buena cuna que él necesita para ser aceptado en ciertos círculos. Así convivirán durante un tiempo, cada uno llevando vidas independientes, como muchos otros matrimonios, solo que en su caso no es producto de la desilusión o el desgaste sino de un mero acuerdo. Su convivencia será un simple trámite hasta que él pueda encontrar la forma de romper el acuerdo prematrimonial y liberar a ambos. Un matrimonio con fecha de caducidad, sin desilusiones, sin discusiones y sin dolores de cabeza. Un matrimonio con una definición muy amplia de lo correcto.