La narradora de esta breve novela acaba de pasar por una separación amorosa y tiene que volver al espacio extraño de la casa de su madre, a quien llama la Tumbona. En esos días raros del verano, se descubre ante sus ojos minuciosos una nueva realidad que recorre un mapa pequeño, de la casa a la playa, la vuelta por el barrio, los terrenos de yuyos: una cartografía mínima y a la vez llena de trampas.
La primera obra en narrativa de Gabriela Escobar, Si las cosas fuesen como son (premio Onetti 2021), es una prosa exquisita que entra a tiempo y con un tono perturbador en la frecuencia de las genealogías familiares.