Ninguna enfermedad existe hasta que no se percibe, se nombra y se define. La locura, la transgresión por excelencia, no es una excepción. A lo largo de la historia siempre se ha explicado en función de las creencias, las normas y las ideas dominantes en cada tipo de sociedad; es decir, es la colectividad la que fabrica su significado, la que determina qué conductas son “cuerdas” y cuáles no. Se crea así un proceso con unas dinámicas que, sobrepasando los límites de la medicina, llegan a impregnar los mitos, la filosofía, la religión o el arte. Partiendo de esta concepción de la locura como una construcción socio-cultural, en este libro se describe el origen de muchos de los estigmas que continúan alimentando nuestro imaginario sobre los trastornos mentales. Un recorrido que explora los vínculos que se han establecido entre la locura y la genialidad, la maldad, la sexualidad o la pobreza, para ofrecer una visión de las distintas maneras de comprenderla, y de actuar sobre ella, a través de los siglos. Pero entender qué significa la locura exige una visión amplia que, además, tenga en cuenta el componente eminentemente humano de semejante experiencia, por lo que esta obra es una llamada de atención sobre la necesidad de modular nuestra propia actitud hacia las personas con un diagnóstico psiquiátrico y de superar el estigma que conlleva.