La señora Cavendish, que se había casado con el padre de John cuando era viudo y tenía dos hijos, había sido una hermosa mujer de mediana edad, tal como la recordaba. Ciertamente no podía ser un día menos de setenta ahora. La recordé como una personalidad enérgica y autocrática, algo inclinada a la notoriedad caritativa y social, con una afición por abrir bazares e interpretar a Lady Bountiful. Era una mujer muy generosa y poseía una fortuna considerable.