En el tercer libro sobre su iniciación como “hombre de conocimiento”, Carlos Castaneda desanda camino hasta los primeros tratos con su maestro, el brujo yaqui don Juan, y añade al recuento de prodigios las arduas labores de disciplina física y mental que desde un principio lo preparaban para un acto decisivo de poder. La historia se cierra con el relato del viaje al que alude el título, intimación de la soledad y la áspera belleza de tal vida.