Loveless

Tengo mucho más amor que mucha gente en el mundo. Incluso aunque nunca tenga una boda.

Quiero que alguien me empiece a cantar una canción de la nada para declararme su amor.

Los romances escolares eran uno de mis temas favoritos de fanfic. También me encantaban las historias de almas gemelas en universos alternativos o en tiendas de café, o aquellas sobre dolor, placer y amnesia temporal.

Supuse que los romances escolares eran lo más cercano a mi realidad, pero ahora que esa posibilidad era más que cero, me empezó a consumir la ansiedad.

El corazón me latía con mucha fuerza y las manos me temblaban desquiciadamente.

Así se sentía estar con alguien que te gustaba, era normal, ¿verdad?

Todo era completamente normal.

De todos modos, ¿sabía cómo era sentir mariposas? ¿Qué era exactamente lo que debía sentir?

Era divertido leerlo en los fanfic y verlo en las películas, pero la realidad era más bien como: “Ah, uf. Estoy incómoda, sáquenme de aquí”.

Es increíble lo mucho que una se puede engañar a sí misma. Y a todos a su alrededor.

Pero no me molestaba, porque sabía que ya me llegaría la oportunidad. Siempre llegaba. “Ya encontrarás a alguien”, era lo que todos me decían y tenían razón.

Hattie, fundiéndose con las conversaciones, risas, gritos y aullidos de

Your Song” de Moulin Rouge —suspiró—. Ay, Dios, estoy tan triste, gay y sola

mi primer flechazo, pero nunca pasaría nada entre los dos y no me molestaba en lo más mínimo.