Traducir es adaptar y, en el fondo, salvar las distancias, esquivándolas, superándolas, pero, a la vez, admitiéndolas. Cuando observamos la versión de una obra literaria a otra lengua, descubrimos que casi nunca es posible una traducción exacta entre textos literarios, pues no solo se debe adecuar el significado de las palabras, sino que es preciso atender el uso cultural que una sociedad ha hecho de sus expresiones: deben adaptarse voces y frases de lenguas diferentes (alejadas, más o menos, geográficamente, culturalmente o lingüísticamente), pero también cabe acercar formas de vida, creencias, ideologías y maneras de concebirlas. Salvar las distancias. Estudios sobre la traducción literaria recoge diez aproximaciones a este ámbito de investigación a cargo de profesores y traductores —unas más teóricas y genéricas, otras más diacrónicas, y algunas centradas en un estudio de caso—, donde se hallan implicadas obras de diferentes sistemas literarios, especialmente el español y el catalán, puestos en relación entre ellos y entre otras lenguas y tradiciones como el chino, el inglés y el portugués.