Pero mucho antes aún, hace aproximadamente 2.400 años, el filósofo griego Platón escribía su clásica obra La República. En el Libro VII lanzaba la hipótesis de que nuestros ojos se habían creado para el estudio del cielo nocturno pero que, más que dejarnos encandilar por su pura belleza, debíamos ejercitar nuestras mentes para entender el orden tras ese diseño celeste.