Bajo los pinos, en el sector antiguo del cementerio, están enterrados los alemanes que ocuparon Polonia durante la Segunda Guerra. Después de la retirada forzosa, los habitantes de S robaron las lápidas de mármol para colocarlas en las tumbas de sus seres queridos. Desde entonces cada lápida lleva inscrito el nombre de la víctima y, al reverso, el de su victimario.