«Todo el mundo tiene un precio, Darcy. Yo te he dicho cuál es el mío, ahora dime cuál es el tuyo».
La secretaria Darcy Lennox sabía lo exigente que podía ser su multimillonario jefe, Maximiliano Fonseca Roselli. Su fiera ambición era bien conocida, pero casarse con él para que se asegurase el contrato del siglo iba más allá del deber.
Max, un hombre al que no se le podía negar nada, se mostró imperturbable ante su reticencia a contraer un falso matrimonio. En su mundo, todos tenían un precio y estaba decidido a convencerla para que revelase el suyo.
Pero, después de un apasionado beso, Darcy descubrió que la apuesta era mucho más alta de lo que ninguno de los dos había imaginado.