Puedes consumir los siguientes alimentos con toda libertad. (Intenta que tus opciones para una comida completa sean orgánicas o producidas a nivel local siempre que sea posible; los alimentos frescos recién congelados también son una buena opción).
Grasas saludables. Aceite de oliva extravirgen, aceite de ajonjolí, aceite de coco, sebo que provenga de ganado alimentado con pasto, así como mantequilla orgánica o cuya vaca haya consumido pastura; suero de mantequilla, leche de almendras, aguacate, coco, aceitunas, frutos secos y cremas a base de éstos, quesos (excepto los azules) y semillas (de linaza, girasol, calabaza, ajonjolí o chía).
Hierbas, aderezos y condimentos. Puedes elegir productos silvestres siempre y cuando pongas atención en las marcas. Dile adiós a la cátsup y a las conservas agridulces, pero disfruta las mostazas, los rábanos picantes, la tapenade y las salsas, si no contienen gluten, trigo, soya o azúcar. En términos prácticos, no hay ninguna restricción respecto de las hierbas y los aderezos; sin embargo, ten cuidado con los productos que hayan sido empaquetados en plantas donde se procesa trigo y soya.
Frutas bajas en azúcar. Aguacate, pimiento morrón, pepino, jitomate, calabacita, calabaza, berenjenas, limones y limas.
Proteínas. Huevos enteros; pescados silvestres (salmón, bacalao, dorado, mero, arenque, trucha o sardina); mariscos y moluscos (camarones, cangrejo, langosta, mejillones, almejas u ostras); carne que provenga de ganado, cerdo y aves de corral alimentados con pasto (res, cordero, hígado, bisonte, pollo, pavo, pato, avestruz o ternera), y carne de caza.
Verduras. De hojas verdes y lechugas, col, espinacas, brócoli, col rizada, acelga, cebollas, champiñones, coliflor, coles de Bruselas, chucrut, alcachofas, brotes de alfalfa, ejotes, apio, col china, rábanos, berros, nabos, espárragos, ajo, poro, hinojo, chalotes, cebollitas de Cambray, jengibre, jícama, perejil y castañas de agua.