No puedes arriesgar así tu vida esta noche, no te lo voy a permitir. No dejaré que tires a la basura tu futuro en Cambridge. Ahora mismo, te vas a poner a estudiar para el examen y vas a dormir un poco. ¿Vale?
—Pero…
—No, nada de peros, Sargentita. —La miró, y sus ojos se pusieron repentinamente serios—. El señor Ward ya ha arruinado demasiadas vidas. No va a arruinar la tuya también, ¿me oyes?