América Central: dictadores estrafalarios, sociedades atrasadas y atadas a la producción campesina, en fin, «repúblicas bananeras». La enumeración no es caprichosa: arma la imagen que durante buena parte del siglo XX impregnó no solo el sentido común, sino toda una agenda intelectual y académica. En pleno siglo XXI, ese mismo enfoque permitió afirmar, por ejemplo, que el populismo no existía en América Central. Hasta que la estridente irrupción de Nayib Bukele en El Salvador, la llegada al poder de Xiomara Castro en Honduras y la de Rodrigo Cháves en Costa Rica obligaron a repensar la cuestión.
Este libro original y oportuno, que viene a llenar un espacio vacante, quiere enriquecer y matizar la discusión: con sus rasgos particulares, el populismo existió y existe en América Central, región que, contra lo que se afirma, muchas veces anticipó fenómenos políticos que más tarde se dieron en el Sur.
En un viaje que va del pasado al presente, que recorre todos los países de América Central, más Cuba y República Dominicana, estas páginas muestran que los populismos centroamericanos tienden a ser menos radicales que sus contrapartes en el resto del continente, que pueden promover la “mano dura” tanto como la reivindicación de los más pobres, que conviven con formas de autoritarismo y arreglos de cúpulas. Además, echan luz sobre un creciente populismo “en las calles”, expresión de organizaciones civiles y religiosas que atraen seguidores con sus ideas radicales sobre la corrupción, el género y el vínculo con los países vecinos.
¿Queda algo por decir del populismo? ¿Y del populismo en la región? Sí, responden los autores y autoras de este libro, y subrayan: es una tarea crucial decirlo en este momento, cuando algunos fenómenos centroamericanos –como la política represiva de Bukele— dejan de ser experiencias lejanas y hasta “pintorescas” para transformarse en modelos exportables a otras latitudes.