productores capitalistas no arruinan cosas útiles y concretas con el fin de seguir un principio abstracto de lucro basado en la muerte y el exterminio de las singularidades. Simplemente son ciegos a eso porque su realidad ya tiene significado, un significado diferente. Así, no tiene sentido idealizar el valor de uso ni sostener la creencia paranoica de que no queda siquiera una cosa útil en el mundo.