¿Queréis vivir «según la naturaleza»?. ¡Oh nobles estoicos, qué embuste de palabras! Imaginaos un ser co- mo la naturaleza, que es derrochadora sin medida, indiferente sin medida, que carece de intenciones y mi- ramientos, de piedad y justicia, que es feraz y estéril e incierta al mismo tiempo, imaginaos la indiferencia misma como poder