Siglo XXIII. Tres largos años después de la muerte de Charles Dywin, la corporación Shylan SL quedó en manos de nadie y la Tierra siguió en plena decadencia, sin orden, sin rumbo y sin ningún gobierno mundial que los arropase y les devolviera la felicidad. Pero las malas noticias no habían hecho más que comenzar. Las innumerables bajas de androides SL-1 que se estaban produciendo por las avenidas en todos los países cercanos a Asia, intrigaba a los ciudadanos de todas las naciones. Los SL-1 se dirigían hacia un mismo lugar, desobedeciendo órdenes de humanos que encontraban a su paso. Ellos estaban siendo testigos directos de un desastre programado ¿Qué hacer cuando los androides creados para la comodidad ciudadana comienzan a despertar rebeldes conductas humanas? ¿Qué pensar cuando siete esferas blancas aparecen en el cielo de los diferentes planetas del Sistema Solar?
El futuro de la humanidad se jugará a una sóla carta, mientras los robots siguen a unas extrañas escrituras que se aparecen desde hace años por todo el planeta, los humanos intentarán defender con uñas y dientes su territorio. Hasta que la muerte los separe.