Gotán

Cómo ha sido posible

que te fueras por un agujerito

y nadie haya ponido el dedo

para que te quedaras

Final
Ha muerto un hombre y están juntando su sangre en cucharitas,
querido juan, has muerto finalmente.
De nada te valieron tus pedazos
mojados en ternura.
Cómo ha sido posible
que te fueras por un agujerito
y nadie haya ponido el dedo
para que te quedaras.
Se habrá comido toda la rabia del mundo
por antes de morir
y después se quedaba triste triste
apoyado en sus huesos.
Ya te abajaron, hermanito,
la tierra está temblando de ti.
Vigilemos a ver dónde brotan sus manos
empujadas por su rabia inmortal

actualización del viejo dilema entre “las armas y las letras”

“Hay que hundir las palabras en la realidad hasta hacerlas delirar como ella”

como sucede a menudo con las voces masculinas que hablan en las letras de algunos tangos: sufren sin sorpresa, posan de escépticos y fingen reírse de sí mismos

le hacen decir al lenguaje algo en rigor extraño cuyo sentido, no obstante, creemos conocer o podemos, al menos, sospechar.

te ofrezco todos mis nacimientos,
lo que me das, lo que aprendí de mí queriéndote,

y pienso pienso pienso
se fue otro mes
y no hicimos la revolución todavía.

Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.

o por esta feroz melancolía de mis uñas