Sólo mediante un profundo conocimiento bilingüe y un trabajo regido por la autocrítica y la honestidad, se puede tener una traducción difícilmente superable. Los textos en prosa de Baudelaire han encontrado su justa dimensión en castellano: lejos de la estridencia y el desgarro, Margarita Michelena nos descubre el exquisito arte del escalofrío y del lírico asombro baudelerianos.