El gobierno de Felipe Calderón está marcado, entre otras cosas, por el abuso de poder, el derroche en organismos del Estado, el fortalecimiento del viejo sistema corporativo y el reparto de multimillonarios contratos públicos entre un puñado de empresas. Parientes, aliados y amigos de la pareja en Los Pinos se enriquecen a manos llenas, aprovechando y explotando su estrecha relación con el poder, y la espiral de beneficios salpica a todo tipo de personajes. Tras una rigurosa investigación, Las concesiones del poder detalla el tráfico de influencias que han marcado a un sexenio y a un matrimonio presidencial que, junto con Vicente Fox y Marta Sahagún, se perfilan como emblemas del “cambio”. – Los contratos otorgados por el IMSS, Sedesol y Pemex a la empresa Hildebrando, propiedad de la familia de Margarita Zavala. – La complicidad de funcionarios del gobierno de Calderón para favorecer a empresas de las que fueron altos directivos. – Los intereses de la familia Calderón Hinojosa en Michoacán y la enorme propiedad que los Calderón Zavala han consolidado con terrenos a precio de regalo en el Estado de México. – El abuso en el gasto por concepto de bebidas alcohólicas en la residencia presidencial y varias dependencias del Gobierno federal. – La transferencia de recursos que el sindicato de Pemex ha recibido de la administración de Felipe Calderón.