Eurípides (c. 480–406 a.C) vivió en la época del mayor esplendor político y económico de Atenas, asistió a la construcción del Partenón y los más hermosos monumentos de la Acrópolis, y compartió con sincero patriotismo el orgullo de los Ideales democráticos. De su vida tenemos datos poco fiables. Se nos han conservado dieciocho tragedias, casi todas ellas pertenecientes a la plena madurez del autor.
Medea, que se representó en el año 431 a. C., es seguramente su obra maestra. Jasón, esposo de Medea y padre de sus hijos, se dispone a repudiarla y a casarse con la hija de Creonte, rey de Corinto. Medea, dominada por la cólera, planea desquitarse sin pensar en las consecuencias. Para ello simula haber sido convencida por Jasón y envía a sus hijos con ricos regalos para la novia al palacio de Creonte; pero esos regalos contienen un conjuro mortal. Medea se muestra así como una mujer apasionada, despechada y enfurecida por el rechazo, y trama un crimen para consumar su venganza.
«Muchos han visto en Eurípides no solo al trágico más moderno, humano y realista, sino al más trágico de los trágicos». Carlos García Gual