El héroe de nuestro tiempo, sin duda una de las obras que más influyó en el desarrollo de la prosa del siglo XIX, es clave en el paso del Romanticismo al Realismo en la literatura rusa. Nos encontramos ante la primera novela psicológica, filosófica y social de la época, que reúne en sí misma todo un compendio de géneros: un diario lírico («Kniazhná Mary»), un relato filosófico («El fatalista»), un relato de aventuras («Tamán»), un relato de viajes (el comienzo de “Bela” y «Maxim Maxímich”) y un poema romántico («Bela”). Y el conjunto, con ciertos rasgos autobiográficos en la figura del protagonista (Pechorin), configura una dura crítica social, revestida de una gran riqueza poética.