el temprano año de 1502 sabemos que el cardenal Todeschini Piccolomini encarga al pintor Pinturicchio que decore la bóveda de la biblioteca junto a la catedral de Siena «con esas fantasías, colores y disposiciones a las que hoy día damos el nombre de grotescas (che oggi chiamano grotttesche)». Y el momento de mayor fama y trascendencia de los ornamentos grotescos vendrá de la mano de Rafael, cuando en torno al año 1515 decora las pilastras en las logias papales3