El autor analiza el universo del software evitando el enfoque tecnocrático, para adoptar una perspectiva que incluya sus dimensiones filosóficas, estéticas, científicas, lingüísticas y políticas, implícitas en su constitución y funcionamiento. Reconoce que vivimos una decadencia de los modelos consagrados de la modernidad, que transformará el desarrollo económico, social y cultural de la sociedad.