A Daniel le apasiona volar y Natalia necesita correr.
Un hombre sereno y sensato y una mujer espontánea y creativa.
Una profesión marcada por la disciplina y otra llena de imaginación.
Un mundo de conflicto y otro de diversión.
Daniel un experto en los encuentros con el género femenino y ella una especialista en huir de los hombres. Lo que ellos no saben es que cuando amanece un nuevo día, el cielo que hace feliz a Daniel y el mar con el color de los ojos de Natalia se pueden encontrar en el horizonte.