Bailar es algo más que aprender unos pasos. La danza no se reduce únicamente a aspectos físicos y, sin embargo, el cuerpo es el instrumento del bailarín. Conservarlo sano, reconocer a tiempo las sobrecargas y prevenir las lesiones son condiciones imprescindibles para bailar durante mucho tiempo y sin molestias. Ya sea en el ballet clásico, el hip hop o el jazz, la salsa, el claqué o el baile moderno, la medicina de la danza proporciona conocimientos esenciales a los bailarines de todo tipo, que estos sabrán aprovechar.
Ya sea en la clase, durante el entrenamiento o en los ensayos cotidianos, los bailarines y los teóricos de la danza consideran que los conocimientos de la medicina, el análisis de los movimientos y las ciencias deportivas representan la base para el comportamiento responsable y la interacción diaria en esta disciplina. El conocimiento de los aspectos físicos facilita también un acceso amplio a los procesos de percepción, cada vez más importantes en la práctica contemporánea de la danza.
Esta obra proporciona al bailarín un conocimiento práctico y comprensible de la medicina, el análisis del movimiento, las ciencias del deporte, la dinámica espiral y la osteopatía.