perder la cabeza del todo.
Animant tenía las mejillas tan encendidas que no pudo evitar burlarse de ella, que se fue a toda prisa. Sin embargo, su mirada de ojos de color azul nomeolvides le reveló todo lo que había soñado alguna vez.
Sabía que ella no había estado enamorada porque en el baile había admitido el error con el abogado. Ni siquiera parecía sentir mucha afición por la literatura romántica, y Thomas se había preguntado en numerosas ocasiones cómo se conquistaría un corazón tan testarudo.
Ahora que le tocaría hacerlo a él, la trataba a patadas.
No se la merecía, lo sabía con todo su ser, y aun así tendría que intentarlo.
Ni siquiera fue consciente de que se volvía a sentar al escritorio y preparaba un pliego nuevo de papel. Sin embargo, cuando la pluma rascó el áspero papel de flores y la tinta negra devoró las fibras blancas, no supo cómo iba a soportar su ausencia, haberla dejado marchar.
«Vuelve conmigo.»
Aprende a vivir la vida