Ana despierta sola y en estado de shock, Roberto ha decidido quitarse la vida. Ella acompaña ese cuerpo que cree aún vivo, mientras recuerda los días en que rescataba cadáveres en el Río Cauca, así como su paso por el lugar en el que conoció al hombre que se debate entre la vida y la muerte a su lado: la Casa del Amor, un rincón de dominación mental que le costó las enfermedades que ahora carga consigo y que laceran su existencia con la misma fuerza que las memorias de los hombres que diezmaron su cuerpo cuando ella era apenas una niña.
Una sociedad quebrada por los duelos inconclusos es el telón de fondo para reconocernos en la historia de una mujer que lucha por sobrevivir en un país que ha sido dominado por la violencia.